martes, 9 de junio de 2009

Daga en la garganta.

El lápiz suele ser un instrumento punzo cortante,
Él te puede ver cambiar
A través de cada síntoma de frenesí,
¿Cómo no hacer, para dejar la metamorfosis de lado?
Para que todos no me miren
Tan muerto,
¿Cómo dejarlo todo atrás?

Me tendré que desdibujar,
Hacer que sientan el frió turbio
Ese, el que corre por mis venas,
Y se hace presente en mis pupilas dilatadas…

No me siento tan vivo,
No me siento tan muerto,
Es como si nunca hubiera estado
Yo, solamente yo…

-Hacer un caos de mi, es tan dulce de tu parte-, deje en el aire,
¡Si!, para córtate con cada trazo que hago,
-¡Ha, ha, ha!- demencias de un insano
Ese mismo, que te dice la verdad.

Por cada canción que escribes,
Me escondes, me revuelcas, y me haces inmundo.
Esta agonía de buscarte,
Esta es mi doctrina, que a muerto.

-Te añoro-, por cada segundo repetía sin parar.
Ahí medio muerto por la caída, me odiaba;
Se rápida y maneja, si tú, mujer intuitiva
Perdida en añoranzas que sólo yo, escucho.

Dame medicinas que no tenga que digerir,
-Por favor te lo suplico-,
¡Subjetivo, subjetivo y subjetivo!
Mis miradas con las tuyas…

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