jueves, 11 de junio de 2009

La musa, el sátiro y el prepotente...

Es dual, eso, lo que acabas de experimentar.
Flujo de emociones tuyas,
Esas que no te sabes explicar,
Te confunden, y te presionan a entenderme.

No mas actuaciones, ¿para que fingir?
La intuición nunca falla,
Siento tu miedo,
Todo lo que veo, mucho énfasis
A las posibilidades de explorar,
Y no lo lograras…

Como un loco, te digo la verdad,
¿Qué se siente, que te traten como a ti?

Bella, separados nos lavaremos en la lluvia,
¡Si!, todos nuestros pecados carnales,
Únete a mí, sólo rózame, rasgúñame más,
Sólo un poco más,
Hiéreme fuertemente, ¡si ahí!,
Donde guardo mis emociones.

-¡Los veo caer de todos lados!- susurraré en silencio,
Si cada una de las piezas que nos faltan por unir,
-¡Caigo, cómo caigo!-
Soy el principal, el eslabón…

¡Condéname con tu látigo,
Oh, mi fantasía masoquista!
No quiero tu amor,
Tu presencia no es necesaria.

Y de la sangre, esa, que es mas dulce,
Escucho el rechinar de tus dientes,
¿En que pensaras?, -Eso, no lo sé…-
Qué confuso, ¿No?...

Redescubrimos la comunicación,
Con cada una de estás escenas,
El lenguaje del cuerpo es más fácil de leer,
Mas que la misma intuición…

¡Ha, ha, ha! Como juego contigo,
Y ni siquiera entiendes,
O ¿Tal vez si?
-Eso, si lo sé…-
Soy yo, el poseedor de las cuerdas,
Mi bailarina, marcando la eternidad,
Con cada pisada de ironía,
Y sigues creyendo que yo caigo…

Yo lo vi antes,
Te lo dije de antemano,
Nunca te distes cuenta,
Ahora estas conmigo aquí abajo, en el abismo…
Disfrutando, regocijado,
Y al sátiro, ese, él que te ama más que yo,
No te da lo que quieres, y ese es:
‘Mi odio’

Mi querida musa,
Si me tratas de entender,
Podrías enloquecer…

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